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Por qué me gusta 50 sombras de Grey
Feb22

Por qué me gusta 50 sombras de Grey

    Somos madres por encima de todo… ¡qué duda cabe! al menos en mi caso que a veces no recuerdo a las 5 de la tarde si me he lavado los dientes por la mañana, y sé que también es el caso de la mayoría de vosotras ¡¡¡menos mal!!! cómo diría mi abuela «mal de muchos, consuelo de tontos». Pero aparte de madres, también somos mujeres y una de las cosas que ha despuntado entre el género femenino este año pasado y sigue en la actualidad es la trilogía «50 sombras de Grey« de E. L. James. Confieso que me leí los tres libros casi sin respirar, me llevaba el e-reader en el bolso y leía ¡hasta en los semáforos! de verdad que hubo un momento en que pensé que me estaba superando… ¡¡¡por favor!!! ¡¡que sólo es un libro!! pero daba igual, no podía desengancharme y mira que el tipo protagonista es todo lo contrario (emocionalmente hablando) a lo que me gusta en un hombre… ¿o no? Y hago la pregunta porque, sabiendo que casi todas mis amigas, familiares y conocidas que habían leído el libro, se habían quedado igual de enganchadas que yo, y sabiendo que ellas tampoco aceptarían a su lado un hombre con esa «necesidad de posesión», ¿qué es lo que nos tiene enganchadas? Así que me decidí a buscar información sobre la novela y lo que a la gente (hombres y mujeres) les había parecido, y me encontré con ¡¡¡un mundo paralelo!!! madre mía, si hay grupos y páginas de facebook, de twitter, charlas en asociaciones vecinales… ¡¡muerta me quedo!! (sí, muerta, pero me apunté a todos los grupos de facebook y twitter que me encontré…) ¿Cómo es posible que la historia de una pareja, que si nos la contaran de una conocida, diríamos que está loca perdida por andar con un tío como ese, nos puede enganchar tanto? que no digo yo que la escritora no sea buena ¿¿eh?? faltaría más, pero he leído otros libros que figuran entre mis favoritos y que he devorado, y os aseguro que ninguno con esa ferviente necesidad de leer. Al principio era un poco reticente a leerlo porque me lo plantearon como un libro «sado«, y a mí lo de que te den de palos… como que no me pone mucho; pero luego empezaron a comerme la cabeza mis vecinas con «¿Aún no te lo has leído?, ¡¡¡si voy por el tercero ya!!!» «No es sado mujer, es fuertecillo pero te gustará»… y nada, que me los leí… bueno, casi puedo decir que me los comí. Pues de sado nada de nada o bueno muy poco...

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