Y es que como una buena hamburguesa casera, no hay nada, pero si el pan no es bueno, no es lo mismo… ¿qué tal si preparamos nosotros mismos estos Panecillos?¡¡menudo cambio!!!!!!!!!!. Es la propuesta de nuestro queridísimo Abraham García, que está de vuelta con su tercer pan bajo el brazo en la vida real. ¡Bienvenido de nuevo Darío!.
Un pan perfecto para acompañar algunas de las hamburguesas que os proponemos en el blog: Hamburguesa de Ternera y Verduritas (nuestra favorita para los niños), Hamburguesas de Pavo y Mostaza, o las de Parmesano.
Ahí va este nuevo post de nuestro @branchigarcia 🙂
¡Hola!
Tras un periodo de pausa estival (hay que ser muy fan – de la sauna finlandesa – para arrancar el horno en verano), y aprovechando mi reciente paternidad, he logrado encontrar un hueco y darle un empujoncito a varias entradas panarras que tenía en el tintero digital.
Para aquellos que no lo sepáis (aunque estas chicas de Pintando una mamá dedicaron una entradilla a ello) acabamos de ser padres por tercera vez de un estupendísimo (se nota que es mío, no?) enano.
Pero bueno, metámonos en harina, que si me alargo con los temas personales, luego a ver qué carajo les cuento a los del Hola para la portada…
Hoy vamos a hacer unos panecillos de hamburguesa, que a los enanos les encantan (bueno y a los más talluditos también). Una vez probéis éstos, difícilmente vais a volver a los industriales. Además, como leí en algún lugar… cómo podemos comernos un pan que se mantiene en perfecto estado más de tres semanas??.
Ingredientes (receta para unos 8 panecillos)
- 500 g de harina de fuerza panadera
- 2 cucharaditas de café (moka para las que leen el Hola) de levadura seca. La levadura seca (que no levadura química, la del paquete rojo) la podéis encontrar fácilmente de la marca esa que vende harina fina de maíz, en cualquier supermercado.
- 10 g de sal
- 25 g de azúcar blanquilla (algún día probaré con moreno a ver cómo queda)
- 200 g de agua (ya sabéis que yo la uso pasada por la mítica jarra filtrante)
- 75 g de leche entera (¿vale semi? sí, pero son panecillos de hamburguesa… qué vas a poner luego, bacon de pavo – que, horror! existe…)
- 1 huevo (nosotros usamos camperos, ya sabéis los del código 1 al principio… ¿Se pueden usar normales de código 3? sí, claro, pero acumula punto malos en el karma gallinil)
- 20 g de mantequilla (y no, la margarina es el mal, así que no vale!!!)
Pasos a seguir:
- Paso 1. Metemos unas cerves a enfriar (¿de verdad, pensabas tomarte un hamburguesote con agua???)
- Paso 2. Mezclamos todos los ingredientes excepto la mantequilla en un bol
- Paso 3. Una vez esté todo bastante homogéneo, vamos añadiendo poco a poco la mantequilla (si está con textura de pomada, bien, si no, en cubitos pequeños).
- Paso 4. Amasamos. Es cierto que es una masa algo pegajosilla, pero un poco de amasado francés (cortesía del inefable Richard Bertinet) y la metes en vereda. Unos 10 minutos de amasado van bien.
- Paso 5. Dejamos fermentar entre 1,5 y 2 horas. Como siempre, depende de la temperatura ambiente. Hasta que veas que su volumen ha crecido. Odio el término doblar volumen, porque, como siempre digo, ver cuándo ha doblado de volumen una esfera… Es de problema de mates de 3º de BUP (1º de Bachillerato, por si hay lectores tan asquerosamente jóvenes)
- Paso 6. Dividimos la masa en 8 trozos iguales. Si no ha habido mucho desperdicio, deberían salir de unos 110 gramos cada uno. Vamos a intentar no desgarrar mucho la masa.
- Paso 7. Dejar los trozos a su aire unos 5 minutos, para que el gluten se relaje y sea más fácil el formado.
- Paso 8. Bolear los panecillos. Ya sabéis, se coge el trocito, y cual margarita y joven enamorada, se van plegando los pétalos hacia dentro (me quiere, no me quiere,…) Tenéis instrucciones más precisas en alguna otra entrada. Luego se le da marcha a la bolilla haciéndola rodar por la mesa, con el “culopollo” debajo.
- Paso 9. Opcional. ¿Quieres sésamo encima? ¿Semillas de lino? ¿mix de frutos secos? Es el momento. Humedece muy pero que muy poco la superficie del bollo, y después hazlo rodar sobre el “rebozado”. Las semillas así se pegan mucho mejor.
- Paso 10. Pasamos los panecillos al papel de horno, dejando espacio entre ellos, y aplastar un poco las bolas que hemos formado. Tapar con film transparente y dejar reposar una hora aproximadamente.
- Paso 11. Precalentamos el horno a 200ºC. (antes de que pase la hora). La bandeja del horno en esta ocasión la dejamos fuera.
- Paso 12. Pasamos el papel con los bollos la bandeja de horno. Quitamos el film (probablemente ayude a la conservación hornear con el film, pero creo que es poco digerible).
- Paso 13. Horneamos durante 15 minutos, hasta que los bollos estén doraditos (o al gusto de cada uno, que igual a alguien le gustan estilo carbón vegetal).
- Paso 14. Los sacamos y dejamos enfriar sobre rejilla.
- Paso 15. Una vez fríos, ya sabéis, a comerlos.
- Paso 16. Normalmente, suelen sobrar bollos (esto no es USA). Pues buenas noticias!!! Estos bollos aguantan la congelación como unos titanes. Yo no los suelo conservar mucho sin congelar porque al tener leche y mantequilla, la velocidad de enranciamiento es mayor que otros panes.
- Paso 17. Ya deberíais tener la cerveza fresquita…
Bonus track: a pesar de que están ultrabuenos sin nada más, nosotros normalmente después de abrirlos los tostamos un poquito, para que aguanten todo lo que les viene encima.
Disclaimer: El autor de este post rechaza cualquier tipo de reclamación de esguinces mandibulares intentando comerse una macro-hamburguesa de 3 pisos…
Ya sabéis que podéis seguir mis tontadas varias en @branchigarcia en Twitter. (Esto es la forma eufemística de decir que me sigáis, que tengo los followers atrancaos…).
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7 diciembre, 2016
Que gracioso que forma de redactar la receta gracias
7 diciembre, 2016
Sí, Ernesto, Abraham es lo más. Y hace unas cosas buenísimas.
Un abrazo y gracias por comentar,
Galissea – Bea