Es domingo y nos levantamos todos ya pensando en ir al campo; como cada domingo, nos juntamos todos los hermanos con nuestras familias en casa de mi padre para comer y pasar el día; a los críos les encanta, tienen un montón de metros vallados para jugar con las bicicletas, los coches, incluso al fútbol.
Nos ponemos la ropa de batalla y nos vamos a pasar un día de relax y buena compañía, cuando algún domingo no podemos ir por cualquier razón, incluso llega a darnos rabia, porque hemos hecho de ese día un momento realmente especial.
Nada más llegar, ya tenemos en la puerta a la Abuela pidiendo besos… hay quien siempre se escaquea de darlos jajajjaja (al llegar y al irnos, si es que a todos no nos gustan los besos igual 🙂 ); y directamente a sacar las bicis del garaje, yo no sé las vueltas que le dan al terreno ¡madre mía!
Mientras, el yayo se pone manos a la obra con su deliciosa ensalada de bocas de mar y salsa rosa ¡mmmmmm, una delicia para el paladar! y si ese día es mi cumpleaños, tengo la suerte de que mi padre me haga maravillas como esta ¡¡¡Gracias papi, la mejor tarta de cumpleaños que me han hecho nunca!!!.
Y nos sentamos en el porche a esperar al resto, yo suelo llegar la primera, teniendo en cuenta que mis hijos se levantan con el sol… en fin… a las 10 de la mañana estamos plantados allí 😀 . A veces aprovechan mi marido, mi hijo mayor y mi padre para salir a hacer un poco de ciclismo por la zona y yo me quedo con los peques pegándole patadas al balón o montando algún LEGO (al final me van a tener que contratar de la publicidad que les hago jaajjajajja).
Pasan el día rodeados de naturaleza, al aire libre; un día sin consolas, sin televisión, sólo los juegos en la calle y un montón de espacio donde disfrutar; comparten juegos los mayores con los pequeños, allí no hay lugar para las edades; si las pequeñas se montan en las bicis, los mayores las empujan para que se diviertan; se pasan el balón, se suben a los árboles, en definitiva, hacen de niños, que a veces, se nos olvida que lo son.
La comida también es un momento de compartir, hacemos paella, barbacoa o como el fin de semana pasado, que mi hermano trajo una Lubina del tamaño de Kansas y la hicieron entre él y mi padre a la barbacoa ¡riquísima! con sus especias, su ajito, su buen chorro de aceite de oliva de Carbonell y un puñado de sal ¿se puede pedir más?
Yo me he criado yendo al campo todos los fines de semana con mis abuelos y es algo que también quiero que vivan mis hijos, entre los primos comparten tiempo y juegos, los mayores disfrutamos de la comida y, sobre todo, de la sobremesa, nos ponemos al día de los planes que tenemos, de lo que hemos hecho durante la semana o pensamos hacer. Para mi es un día totalmente familiar, me encanta pasarlo allí y disfrutar de mi familia… a veces no sabes lo que va a durar eso, no sabes el tiempo que te queda para vivirlo.
En mi caso, durante la semana tengo mucho trabajo y mi marido y yo vamos de un lado a otro, reuniones, llevar y traer del cole, extraercolares, la pequeña que hay que llevarla con nosotros a todas partes… ¡un estrés de vida, qué queréis que os diga! así que cuando llega el domingo ¡¡¡¡OOOhhhhhhmmmmmmm!!!! sólo quiero desconectar lo posible, es mi #PlanVidaSaludable semanal ¿os apuntáis?
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